viernes, 1 de junio de 2007

Etwas verkitschen


Disertamos sobre la etapa rosa que tiene todo el mundo alguna vez en su vida.
Sobre el uso de pieles, los brillos, los colores, las perlitas, la sobrecarga de sensualidad llevada al paroxismo para protegerse de uno mismo, para protegerse del resto del mundo mediante la autoafirmación de que uno no tiene criterio propio.
Estamos de acuerdo en que son las féminas las que más pecan de este despropósito estético. Nadie conoce tantos matices del azul como una mujer. Es capaz de inventarse el azul tibetano…
Una pena, porque yo soy mujer, pero…pero nos descojonamos reproduciendo las conversaciones de dos mujeres delante de un cuadro en el Prado ataviadas de semejante guisa…¿qué se puede esperar? Debería existir el derecho de admisión en determinados centros…
Protégete, oh! César de los idus del ornamento gratuito
El uso del vocablo bonito o feo. No nos entendemos nada, nada…es por que no me doy cuenta de que me hablas con ironía…ya me parecía a mi…
Lladró, Goya, pasando por Dalí y hasta Botero... No se ha salvado ninguno…
Marujeando sobre la estética en el arte, más de uno se escandalizaría al escuchar esta conversación: es porque no se diferencia el trabajo que hay detrás de una pieza con el gusto personal de cada uno. Pero si hasta existe un término marxista para esto…es que estaba en todo, este Marx…
No se puede hablar en términos de bonito o feo. Es una obviedad esto que digo, pero seguimos usando estas fórmulas con una asiduidad que asusta y que cierra de inmediato todo diálogo…y así nos venden lo que nos venden…cualquier cosa
Bendito Kitsch que tienes que existir para que las masas se sientan cómodas. No nos libramos de ti…
De todas formas esta conversación ha sido como si un ciego, en una habitación oscura busca un gato negro que además, no existe…

http://legislaciones.iespana.es/ornamentodelito.htm